
Estas cosas pasan por ser una madre trabajadora con muchas aficiones, así que cuando se acercaba la fiesta de fin de curso del colegio de mi hija Cristina mis clientes empezaron a reclamar su trabajo y al mismo tiempo, como no puedo estarme quieta, me apunté al intercambio de un guarda agujas que organizaba nuestra amiga Ana y también me apunté a un maravilloso grupo para aprender a bordar hardanger.
Y todo al mismo tiempo, por eso me gustaría que los días tuvieran alguna horita más.
Por fin todo ha pasado, he conseguido entregar mi trabajo, mi hija pudo bailar vestida de aldeana, espero que mi amiga de intercambio, Montse, haya recibido su guarda agujas y mis profesoras maravillosas, Loló y Nela me aceptan como soy.